Luis María Ansón y The Killers

Me debo estar perdiendo a los nuevos Stones y no me entero. El fenómeno Killers arrasa tanto que asusta. Parece que en el concierto de Madrid estuvo hasta Aznar. Así, que Luis María Ansón, miembro de la Real Academia de la Lengua (con la ñ) entre otras cosas, no ha tenido más remedio que hacerse fan de los Killers y dedicarles su Canela fina, la eterna columna que protagonizaba en ABC y que tras el desembarco de los vascos vocentos vive exiliada bajo faldas de Pedro J. Les dejo con las palabras de Ansón, impagables. Por cierto, echo en falta que Ansón no explique lo que opina del estribillo del mayor hit de Killers, “Well somebody told me, You had a boyfriend, Who looked like a girlfriend”. Por cierto, estoy aterrorizado, en abril vuelven los Beatles Franz Ferdinand y yo aun no tengo entrada.

ESTABA TODO Madrid, desde Aznar, el político, a Guti, el futbolista; desde Hugo Silva, el televisivo aspirante a actor, a Mónica Cruz, la actriz excelente; desde pepepijos de vario pelaje a destacados progres caviar socialistas; desde señores antiguos de corbata hasta adolescentes ombligueras, lolitas de vaqueros ceñidos como la piel, jovencitas minifalderas, «al aire el muslo bello y flojo el cinturón». La juventud era una llamarada encendida en el Palacio de los Deportes. Los nuevos ídolos -Dave Keuning, Ronnie Vannucci, Mark Stoerner y, sobre todo, Brandon Flowers- se trajeron la luz de California, de la vieja California hispana, desplegaron una gran bandera española y gimieron a un ritmo enloquecido, mientras las espectadoras sobre los hombros de sus parejas se entregaban al orgasmo de la música eterna de la negritud. Durante horas, ellas y ellos danzaban el pop con frenesí en la noche serena con llama que consume y no da pena. No lo sabían, pero la caballería, como en el verso de San Juan, a vista de las aguas descendía. Y Aminadab, cabreado, no aparecía por ninguna parte.

Me acordé de hace cuarenta años, más de cuarenta años, cuando escuché por vez primera a los Rolling Stones en Londres. Kennedy caía asesinado por Oswald sobre el regazo de Jacqueline a la que cubrió de rosas rojas. Juan XXIII moría dulcemente sobre la paz en la tierra. Rolf Hochhuth escandalizaba con El Vicario.Bartok estrenaba El castillo del duque Barba Azul. Igor Stravinski, al que entrevisté en Madrid, El diluvio universal, Franco fusiló a Grimau, riéndose del Papa que pidió su indulto. Claro que para el dictador español, Pablo VI era un rojo que hacía de Papa.A Mandela le condenaban a cadena perpetua. Le Corbusier escalaba las puertas del cielo y Mao ponía en marcha la Revolución Cultural.Yo vivía días de amor y rosas, luna de miel en la guerra de Vietnam, y luego largo exilio en Hong Kong por el pecado de haber escrito un artículo, La Monarquía de todos, que encrespó al dictador.

Their Satanic Majesties Request eran el rayo que no cesa y se enfrentaron a los Beatles. Rollin’ Stones Blues fue la canción de Muddy Waters que inspiró el nombre de los balas perdidas.Se impuso el machismo electrizante de los Stones, el rock’n’ roll de grueso calibre, al fondo el blues, lejos aún los sonidos brit pop, con Mick Jagger descoyuntado, Keith Richard entre guitarras, todavía Chuck Berry en su aliento, y un Brian Jones que se estremecía con la psicodelia y terminaría muerto en su piscina. Volaban ya los pájaros de Hitchcock. Martin Luther King luchaba contra el racismo. Leíamos Rayuela. La muerte de Nehru ensombrecía a la india y Ngo Dinh Diem, al que entrevisté en Saigón en junio del 63, caía asesinado unos meses más tarde y abría la guerra de Vietnam.

Y ahora, cuatro largas décadas después, los Killers, que están desbancando a U2, prorrogan el fenómeno social de los Stones y los Beatles. Hot Fuss, Sam’s Town, Sawdust y Day and Age son los álbumes del fulgor que no cesa. Por eso el mundo madrileño in se instaló en pleno en el Palacio de los Deportes. Un bosque de manos alzadas acompañaron las canciones de los Killers y se hicieron paroxismo al final cuando el grupo rugió con Read my mind, con When you were young. La juventud electrizada lo desbordó todo mientras los señores antiguos, los carrozas disfrazados de chaqueta, e incluso de corbata, los muy cutres, contemplábamos atónitos el esplendor del incendio.

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8 Responses to “Luis María Ansón y The Killers”

  1. Olivilla Says:

    jajajjaja, menudo fenómeno social …

  2. Flashman Says:

    Aznar al FIB

  3. Borja Barba Says:

    Es el nuevo Santi Carrillo!!!

  4. Patt Says:

    Pues él estaría, pero tiene dos incorrecciones gordas:
    Una, nadie pudo bailar durante horas, porque el concierto duró una y cuarto.
    Dos, no digo que no se trajeran la luz de California, pero eso sería sólo si hicieron escala desde Las Vegas de donde son.

    Eso sí, la imagen de Aznar allí es muy inquietante. Ahora, famosos debía haber a punta pala, al ladito mío estaba un actor de la tele…

  5. Sebasmuriel Says:

    WTF !!! Ja, ja !! Killers sucks !!!!

  6. Manuel Says:

    Aznar DJ en la pista pop

  7. Rubén Says:

    Mira que me gustan The Killers, pero sólo pensar que en un concierto suyo me puedo encontrar con Luis María Anson o, peor aún, con Chema Aznar, me da algo…

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